Uno de los grandes problemas en las sociedades democráticas es que estas basan sus decisiones en el conocimiento popular.
Popularizar el conocimiento es un proceso lento, y si no se tiene cuidado se pueden popularizar ideas equivocadas que pueden llevar a la sociedad a tomar decisiones que les resultan perjudiciales. Este es un problema latente en toda democracia y tarde o temprano causará problemas.
Por ello es necesario contar con un Poder capaz de elevar la voz de expertos por encima de la población, sin permitir que este Poder se imponga a los demás.
En la Federación actual lo más parecido es el Poder Judicial, sin embargo este órgano se especializa en analizar leyes y compararlas con la constitución para dar coherencia a las leyes.
Lo que se necesita es un Poder Magisterial.
La idea es crear un órgano compuesto por consejos magisteriales de distintas disciplinas del conocimiento humano, siendo el Poder Legislativo el encargado de determinar cuales son estas disciplinas.
Cada consejo deberá contar con entre cuatro y doce magistrados, los cuáles deberán ser elegidos de acuerdo a estrategias meritocráticas, garantizando así que los magistrados serán siempre expertos en su área.
Estos consejos tendrán la capacidad de emitir recomendaciones al resto de los poderes acerca de temas que consideren relevantes, así como de determinar listas de conocimientos básicos que la población debería poseer para servir como referencia a los sistemas educativos.
Pero la función más importante será la capacidad de entrometerse en procesos judiciales en los cuales se considere que la falta de conocimiento de los involucrados pueda terminar en una sentencia injusta.
Así mismo pueden expresar su opinión de forma pública sobre los temas que le compete a cada consejo.
Por ejemplo, si se planea aprobar la prohibición ó aprobación de alguna sustancia en la industria alimenticia, un consejo puede declararse a favor o en contra, explicando claramente sus razones.
Obviamente la presión de la industria para corromper un consejo será muy alta, por ello se deberá vigilar muy de cerca a los magistrados. Si un consejo se ha corrompido, las asociaciones civiles siempre podrán convocar a votaciones para nombrar a un nuevo consejo. Además, ninguna de las acciones del consejo se podrán realizar sin la aprobación unánime de los magistrados.
Habrá casos en los que un tema corresponda a más de un consejo a la vez. En el caso de recomendaciones cada consejo puede emitir de forma individual su opinión. En el caso de juicios, se requerirá de la unanimidad de todos los consejos involucrados.
También, deberán existir mecanismos que limiten el tiempo de intervención de un consejo en un tema judicial sin importar el número de consejos involucrados.
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